17 sept 2013

Cinco formas de oscilar entre la precariedad y el paro

¿Qué hay detrás de la reducción de los 41 modelos de contratación a sólo cinco tipos? Los salarios y las causas para la contratación y la extinción de contrato protagonizan una reforma que acaba de arrancar.

El 29 de agosto la ministra de Empleo, Fátima Báñez, anunciaba que el Gobierno pretende reducir el número de modelos de contratación a solo cinco tipos: indefinidos, temporales, de relevos, en prácticas y el de formación y aprendizaje. La patronal se mostró encantada inmediatamente, incluso con antelación: sólo diez días antes, el presidente de la patronal CEOE, Juan Rosell, pedía exactamente lo mismo y acertaba incluso con la cifra al sugerir que con “cuatro o cinco” modelos de contrato sería suficiente. La acogida coloquial no fue tan entusiasta. Con
bastante éxito, Klaudia Álvarez, @piruletaklo en Twitter, rebautizaba los cinco nuevos modelos de contrato: “1-Precario, 2-Precaria (-20%), 3-Prácticas, 4-Beca, 5-Vasallaje”.
Pero ahora mismo, ¿cuántos modelos de contratación hay? Pues por muy kafkiano que parezca, no hay unanimidad con la cifra. El número más aceptado, y el que ofrece el Ministerio, es 41, pero puestos a añadir excepciones y variantes hay expertos que hablan de hasta más de 80 modelos. 
Y reducirlos a cinco, ¿sería bueno? Pues aquí las discrepancias se ahondan. Desde el Ministerio y la patronal creen que sí, que ayudaría a los empresarios a contratar con más facilidad. Pero no toda la derecha neoliberal está entusiasmada. Y no porque no quieran reducir los tipos de contratación, sino porque creen que lo que Báñez propone no es reducirlos, sino reunir los 41 (u 80) modelos de contratación en sólo cinco formularios. Si se confirma esta tesis, todo quedaría en una operación de maquillaje burocrático, pero, si realmente se llegaran a reducir los tipos de contrato, ¿qué podría pasar?
Desiderio Martín, del gabinete jurídico de CGT, teme que simplemente “se facilitará el fraude laboral continuo que ya existe”. Martín se refiere a la generalización masiva de la contratación descausalizada: la práctica universalmente extendida de hacer contratos temporales a personas que en realidad están desarrollando una tarea que es estable en la empresa. Aparte de esa facilidad extra, la reducción de modelos de contrato podría repercutir en un nuevo abaratamiento del despido (sí, otra vez).
Miren Etxezarreta, economista del Seminario Taifa, se muestra desconfiada: “Puede parecer lógico reducir de 41 a cinco el número de contratos, pero dada la trayectoria de los mandatos que llegan de la Unión Europea y vista la larga historia de deterioro de las condiciones de vida y de trabajo impulsada por este Gobierno, me temo que quieran ir hacia el contrato único”. Justo cuando el Gobierno empieza a vender la idea de una supuesta recuperación económica y laboral, Etxezarreta congela algunas esperanzas: “En primer lugar, no veo la recuperación de la que hablan, pero si así fuera, estarían hablando de que las empresas que sobreviven están ganando más dinero precisamente a costa de reducir los salarios”. Antes de hablar de recuperación económica, la economista matiza: “Es un error hablar de ‘la economía’, hay que hablar de las clases dentro de la economía. Lo que ellos llaman ‘recuperación’ significa que han abaratado tanto las condiciones laborales que a ellos les empieza a resultar rentable”.
Miren Etxezarreta, economista del Seminario Taifa, se muestra desconfiada: “Puede parecer lógico reducir de 41 a cinco el número de contratos, pero dada la trayectoria de los mandatos que llegan de la Unión Europea y vista la larga historia de deterioro de las condiciones de vida y de trabajo impulsada por este Gobierno, me temo que quieran ir hacia el contrato único”. Justo cuando el Gobierno empieza a vender la idea de una supuesta recuperación económica y laboral, Etxezarreta congela algunas esperanzas: “En primer lugar, no veo la recuperación de la que hablan, pero si así fuera, estarían hablando de que las empresas que sobreviven están ganando más dinero precisamente a costa de reducir los salarios”. Antes de hablar de recuperación económica, la economista matiza: “Es un error hablar de ‘la economía’, hay que hablar de las clases dentro de la economía. Lo que ellos llaman ‘recuperación’ significa que han abaratado tanto las condiciones laborales que a ellos les empieza a resultar rentable”.
Respuesta en la calle NS/NC
Desde Izquierda Unida manifiestan un temor similar. José Antonio García Rubio, secretario ejecutivo de Economía y Empleo de la coalición, explica sus recelos: “El número de contratos, de 41, parece disparatado, pero sospechamos que más allá de la reducción burocrática estamos ante un empeoramiento de la reforma laboral”. García Rubio explica que “la reforma laboral ha anulado las garantías contractuales en este país: cuando tú firmas un contrato de alquiler, tienes que pagar lo estipulado en la fecha convenida. Tras la reforma, los contratos laborales pueden ser incumplidos de manera unilateral”. Y añade: “Nos tememos que van a ser menos contratos, pero que cada uno de ellos va a ser menos concreto y más ambiguo que los modelos actuales, abriendo una válvula más hacia la incertidumbre hasta anular la base del Estatuto de los Trabajadores”.
Si se materializa esta nueva reforma, ¿cabe esperar algún tipo de respuesta social? Desde CGT, Martín parece mostrarse pesimista: “Con la reforma laboral hubo que forzar a los sindicatos a convocar una huelga general, con la reforma de la reforma se han limitado a recurrir al Supremo y con las pensiones tampoco se han movilizado.
No hay una respuesta necesaria ni se hace emerger el conflicto. Después de tantos años de adoctrinamiento y disciplinamiento en la paz social, la gente ha asumido modelos de precarización a lo bestia, con unas relaciones laborales unilaterales y autoritarias”. Sin embargo, no descarta alguna respuesta inesperada si la precarización se sigue propagando: “No está surgiendo en los centros de trabajo una respuesta organizada, pero sí puede llegar a través de otros movimientos, como hemos visto con las mareas”.
Miren Etxezarreta tampoco ve cerca un estallido social: “Cada vez hay más gente cabreada, pero aún somos una minoría. Todavía hay 16 millones de personas que trabajan y tienen miedo; prefieren perder un 10% que arriesgarse. Con miedo y con la maquinaria de valores del capitalismo, aunque estamos viendo estallidos sociales por todas las esquinas, no tenemos suficiente fuerza”.
Desde IU, García Rubio sí prevé que esta medida, entre otras, encuentre también respuesta en la calle: “Nosotros estamos preparando una gran movilización con multitud de agentes sociales, movimientos y otras fuerzas políticas, sin protagonismo de IU, para dar una respuesta masiva a las políticas del PP”.
Si la movilización no surte efecto y el proceso de precarización generalizada se mantiene o se acentúa, ¿podríamos vivir la paradoja de contemplar una hipotética recuperación macroeconómica mientras experimentamos un mayor empobrecimiento de las personas y clases más vulnerables? Eso es lo que augura el responsable de Empleo de IU: “La precarización no es nueva, pero el PP la está llevando al extremo. La parte del PIB correspondiente a las rentas del trabajo ya ha caído cinco puntos durante la crisis, casi siete puntos si vamos un poco más atrás. Ante la imposibilidad de devaluar la moneda, el Gobierno ha optado por devaluar los salarios alrededor de un 10% y ya estamos cerca de ese objetivo”.
http://www.diagonalperiodico.net/global/19757-cinco-formas-oscilar-entre-la-precariedad-y-paro.html

 

No hay comentarios:

Publicar un comentario