4 nov 2014

Trabajar a turnos, ¿cómo nos afecta?

 
El trabajo por turnos, con “jet lag” crónico, conocido por interrumpir el reloj interno del cuerpo (ritmos circadianos) y que se ha relacionado con una serie de problemas de salud, como úlceras, enfermedad cardiovascular, síndrome metabólico y algunos tipos de cáncer, puede estar también vinculado con alteraciones de la función cerebral, según un nuevo estudio. Hasta ahora, se sabía poco sobre el potencial impacto de este tipo de empleos en la función del cerebro, como la memoria y la velocidad de procesamiento.
Por ello, los investigadores de este trabajo analizaron las capacidades cognitivas de más de 3.000 personas que trabajaban en una amplia gama de sectores o que se habían retirado, en tres momentos: 1996, 2001 y 2006. Poco menos de la mitad (1.484) de la muestra, que se extrajo de las listas de pacientes de tres médicos de salud ocupacional en tres regiones diferentes del sur de Francia, habían trabajado por turnos durante al menos 50 días al año.
Los participantes tenían 32, 42, 52 y 62 años en el momento de la primera serie de pruebas, que tenía por objeto evaluar la memoria a largo y corto plazo; la velocidad de procesamiento; y las capacidades cognitivas (globales) en general. En total, 1.197 personas fueron estudiadas en los tres puntos de tiempo.
Alrededor de uno de cada cinco de los ocupados (el 18,5 por ciento) y una proporción similar de los que se habían retirado (17,9 por ciento) habían trabajado en un modelo de turnos entre mañanas, tardes y noches. En el primer grupo analizado se observó si las horas de trabajo anormales se asociaron con una disminución de las capacidades cognitivas.
Los datos del estudio, publicados en “Occupational and Environmental Medicine”, mostraron que los trabajadores por turnos en la actualidad o las personas que habían sido anteriormente empleados por turnos presentaban puntuaciones más bajas en la memoria y velocidad de procesamiento y menor potencia cerebral que los que sólo habían desarrollado trabajos en horas normales de oficina.
La segunda serie de análisis examinó el impacto de trabajar en un modelo de rotación y se vio que, en comparación con aquellos que nunca habían trabajado en este sistema, los que sí trabajan bajo este modelo o lo habían hecho durante diez años o más poseían menor memoria cognitiva y puntuaciones globales.
Cinco años para recuperar las capacidades cognitivas
Por último, los investigadores analizaron si dejar el trabajo por turnos estaba vinculado a una recuperación de las capacidades cognitivas y vieron que era posible recuperar las capacidades cognitivas pero que esto llevaba al menos cinco años, a excepción de la velocidad de procesamiento.
Se trata de un estudio observacional por lo que no se pueden extraer conclusiones definitivas acerca de la causa y el efecto, pero la interrupción del reloj del cuerpo a causa de los turnos laborales podría generar factores fisiológicos de estrés, que pueden a su vez afectar el funcionamiento del cerebro, sugieren los investigadores.
Otras investigaciones han vinculado la deficiencia de vitamina D causada por la exposición reducida a la luz del día a una cognición más pobre, señalan. "El deterioro cognitivo observado en el presente estudio puede tener consecuencias importantes para la seguridad, no sólo para las personas afectadas, sino también para la sociedad en su conjunto, dado el aumento del número de puestos de trabajo en situaciones de alto riesgo que se realizan de noche", advierten los investigadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario